He estado esperando está película mucho, mucho tiempo, y he de decir que no me ha defraudado lo más mínimo. Me ha costado escribir esta crítica, porque no creo que pueda describir las sensaciones que tuve al salir de la sala al finalizar la película (Mientras varios de mis acompañantes arremetían contra la película dandole una nota sólo unos segundos después de encenderse las luces de la sala, sin reflexionar con cabeza sobre lo que habían visto, yo fuí madurando y pensando en el salvaje y bellísimo espéctaculo del que acababa de ser partícipe, hasta terminar mi crítica hace un rato).
El argumento no puede ser más simple (algo que lastra la película en cierto momento, pero no influye en mi comentario final): Los persas quieren Esparta, Leónidas se niega, hay guerra, muchos mueren, los espartanos luchan hasta el final… Todo ello adornado con unos decorados de los más espectaculares vistos en los últimos años en pantalla. Muerte, mas muerte, golpes, mas golpes...
Si hay algo que sobresale, además de los personajes, son los maravillosos decorados, que para un servidor que ha leído el cómic de Frank Miller (para mí la película es algo maravilloso, un espectáculo de proporciones épicas, mientras que la historieta, aún a pesar de ser visualmente espectacular, es demasiado simple y corta para mi gusto), era algo difícil de llevar a cabo, pero el director de Amanecer de los muertos (otra gran película de zombis que todos deberían ver), ha conseguido una película llena de vida, y que ha gustado allá donde se ha estrenado. La música compuesta de Tyler Bates encaja perfectamente con las imágenes, logrando dar más calidad a la película.
De lo que no nos podemos quejar, es de las interpretaciones… Todos están magníficos en sus papeles, desde Gerard Butler como el rey Leónidas (Si me grita a mí lo de ¡Espartanos!, me voy con el a donde haga falta), hasta David Wenham (el Faramir de la saga Tolkiana) como Dilios, el narrador de la historia (Simplemente por el clímax final ya merece la pena su participación). Pero no hay que olvidar a Lena Headey como la reina espartana, con más cojones y más mala leche aún que su marido (Aunque hay un par de escenas de su trama que perfectamente podrían ser eliminadas). Aunque el personaje de Jerjes parezca la reina del carnaval de Tenerife y suelte frases que suenan un tanto extrañas “No solo temen mis latigazos…”, es un personaje muy bueno, y mucho más importante de lo que parece.
Pero hay algo en la película que no le permite llegar al 10. (Casi) Toda la película se ve lastrada por este defecto: La emoción. En esta película se echa en falta algo que en Gladiador y Braveheart sí existía, y no es más que el emocionarte con las imágenes, sí, son maravillosas, están cuidadosamente tratadas, pero le falta esa garra que hace que nos emocionemos con ellas (Cosa que no ocurre en las batallas) pero ese es un defecto muy pequeño en una gran película.
Una historia grandiosa, digna de los 300 espartanos, que lucharon por mantener su tierra frente a la tiranía de los persas (el que quiera ver aquí un ataque de los americanos – espartanos- hacía los iraquíes -persas-, que se entere bien, debería ser al revés, los americanos serían los persas que atacan todo por que les viene en gana, y los iraquíes serían los espartanos que quieren defender su patria, pero no sigo por el tema de política).
Y aunque aquí haya gente que se me tire al cuello, he de decir que los espartanos, a pesar de ser unos héroes en la película, eran unos tipos muy simpáticos (irónico), tanto que eran capaces de arrojar a bebes por un colina sólo porque tuvieran algún defecto, (El personaje de Efialtes, para mí el más triste de la película, no ha sido del todo entendido – lo único que buscaba era amor y comprensión -, no quería hacer daño a nadie, aunque al final se de cuenta de que lo ha hecho mal).
PELIGRO; SPOILER (Vamos, que te voy a destripar la película): La escena final, con el cuerpo de Leonidas cubierto de flechas, es de lo más emotivo y un final dignísimo. Y su llamamiento a su amada “Mi reina, mi esposa, mi amor” es el único momento de su vida, en que se permite mostrar sus sentimientos, algo que no era común en los espartanos, y queda muy, muy creible.
Una película que da lo que promete, mucha acción, personajes históricos, paisajes increíbles, y todo ello envuelto en un envase de lujo, servido sólo para tus ojos.
Nota final : 8,5
La escena: La despedida de Leónidas de su mujer (“¡espartano! Vuelve con tu escudo o sobre él.”)
Lo mejor: Las batallas, los actores, los decorados, la música, casi todo…
Lo peor: Falta de sentimientos, de emoción en alguna de sus escenas.