Hoy he llegado a una conclusión sobre mí: No me caigo bien a mi mismo. Después de haber tenido un día bastante malo y de haber visto un par de películas, he visto que me caigo mal. Pero, para explicar todo esto, voy a ir por partes:
- No soy una persona fácil de aguantar. A primera vista, con mi cuerpo me parezco más al muñeco Mimosin que otra cosa, pero a medida que me cogen cariño, me voy pareciendo más a un Alien descontrolado con unos cambios de humor más bruscos que las curvas que da Takuma Sato. Paso de ser un peluche para dar mimos a un déspota repelente y odioso.
- No aguanto tonterias y contesto enseguida. Ese es mi mayor problema, no cierro la boca nunca, lo que me acarrea muchos problemas. Cuando alguien dice algo bastante tonto (como frases estúpidas, comentarios desacertados o algo así), suelto una frase que generalmente hace enfadar a todos. Para eso soy más rápido que Ramón Calderón celebrando la liga.
- Soy un vago. No hay mucho más que explicar. No me gusta estudiar, no me gusta trabajar, no me gusta moverme mucho (aunque en el fondo no paro). Soy tan vago que no me gusta ni dormir, me canso haciéndolo. Homer Simpson a mi lado es hiperactivo.
- Soy un caradura (para algunas cosas). Hay veces que consigo cosas echándole algo de cara a la vida, pero con mis amigos, a la hora de trabajar, soy un jeta muy gordo, me escaqueo de todo con sigilo y cuidado, y aún así, me siguen queriendo (aunque quizás algún día se venguen... quién sabe).
- Soy un pesado (y cuando llevo alguna copa encima, más aún). Estoy siempre dando el coñazo a todo el mundo, y la mitad de las veces para decir estupideces que no tienen nada que ver con lo que he estado hablando anteriormente. Y no hablo de los fines de semana, cuando rezarías para no encontrarte conmigo en un bar.
- No bailo bien, no canto bien, no estudio bien, no juego a nada bien... en el fondo, soy un perdedor con apariencia de (más) perdedor.
- No me como un rosco nunca. Y la respuesta es muy sencilla: Le saco todos los defectos posibles a las chicas en menos de cinco minutos (y con mi apariencia física, ya me es difícil que vengan a mí). Siempre veo algo malo en ellas. Y yo, precisamente, no soy un cúmulo de virtudes.
Después de todas estas perlitas sobre mí, tengo que añadir que tengo bastantes amigos (y amigas), y que en el fondo, no creo que me odien. Este post va dedicado a todos aquellos (sean amigos comunes, amigos esporádicos, habituales del blog y demás personajillos que me aguantan).
¡Os doy un aplauso a todos vosotros! Seguid leyendome y dejando comentarios.
5 comentarios:
Te queremos.
jajaajajaj, escribe un libro.
Un saludo
No RuKeS K A Mi M KaEs Bn Y No ErS PeSaO, IgUaL VaGo Si, PeRO Q LeVaNTe La MaNo El Q De La PaNdILLa No SeA VaGO.
AsI K No RuKeS AlEx
Santo Díos, que horrible ortografía.
TÚ, no sé quién coño eres pero me siento identificado. Sólo que yo soy bellísimo de apariencia y muy modesto. Y digo cosas que sólo tienen gracia en mi cabeza de subnormal.
ahre
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