Diamante de Sangre

Una pequeña joya escondida y planteada con aires de superproducción veraniega. Una película que sin más pretensión que hacernos pasar un buen rato, consigue más que tonterías destinadas a reventar taquillas que además son malas y aburridas.

Yo iba al cine a encontrarme con una película de aventuras con alguna escena de acción, pero lo que vi después de que se apagaran las luces de la sala fue otra cosa, otra película que me encanto, simplemente espectacular.

Con el caos y la guerra civil que en los años 90 envolvió Sierra Leona como telón de fondo, "Diamante de sangre" es la historia de Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex mercenario sudafricano, y Solomon Vandy (Djimon Hounsou), un pescador de Mende. Ambos hombres son africanos, pero sus historias y sus circunstancias son completamente diferentes. Sus destinos se unen en la búsqueda conjunta para recuperar un diamante rosa, poco común, que puede transformar sus vidas. Mientras se halla en prisión por contrabando, Archer se entera de que Solomon, quien fue separado de su familia y obligado a trabajar en las minas de diamantes, ha encontrado y escondido la extraordinaria piedra sin pulir. Con la ayuda de Maddy Bowen (Jennifer Connelly), una periodista americana cuyo idealismo se ve atenuado por una profunda relación con Archer, los dos hombres emprenden un viaje por territorio rebelde. La travesía, más que una búsqueda del valioso diamante, podría salvar a la familia de Solomon y dar a Archer la segunda oportunidad que creía que nunca tendría.

Lo cierto es que esta película trata un tema muy complicado y el director, Edward Zwick, tenía buenas, muy buenas películas (Tiempos de Gloria y El último samurai – leyendas de pasión simplemente no la soporto-) pero les faltaba algo. Esta película no va a cambiar el mundo, pero tiene momentos de altísimo nivel y todo el metraje (excepto sus últimos 5 minutos, que en opinión no hacían falta) rebosa cuidado, esmero, y delicadeza con el tema que está tratando. Sus escenas brutales, pero realistas, consiguen que nos transportemos al interior de Africa (“EEA” – los que la habéis visto lo entenderéis-) rápidamente y hacen que los 145 minutos que dura la cinta se nos pasen en un suspiro. Las escenas de guerra son sencillamente geniales, de lo mejor de los últimos años (El montaje y el sonido está totalmente descontrolado, y esa es la realidad allí, un día estás vivo, y al siguiente muerto o sin manos). Y el entrenamiento de los niños soldado es terrorífico.

Pero si hay algo que destacar en la película son sus interpretaciones. El peso de la película recae en DiCaprio, que esta magnifico (Sin ver la actuación de Forest Whitaker en “El último rey de Escocia”, le daría el Oscar sin dudarlo), y Djimon Hounsou (A este si que le tienen que dar el Oscar, o en su defecto, a Alan Arkin, pero que no salga de ellos), que da más miedo en el intento de recuperar a su familia que los propios asesinos y guerrilleros. Tambíen esta Jennifer Connelly, que tiene el personaje más plano de todos, pero lo realiza con mucha corrección. Leo y Djimon consiguen que parezca otra película aún mejor, lo cual tiene mucho merito. Para ver bien está película, debe verse en VO (Yo he visto las dos).

Una cinta que ha fallado en el mercado estadounidense (Allí triunfan cosas como Borat), pero que toca mas conciencias y esta mucho mejor realizada que la media.

Lo mejor: Su realismo y los actores.

Lo peor: Su (innecesariamente) alargado final.